12.2.08

Con dos años duerme muy poco.


Cada día se impone más su propia personalidad, con tan sólo dos añitos, tiene claras sus preferencias, es introvertida, habladora en la intimidad de los más allegados, sigue adorando a su padre...

Ella es un ser maravilloso, su abuela Rosa dice que "es un regalo divino"Pero como todos los crios tiene su tara, le cuesta dormirse, por contra su despertar es malisimo.

El sueño es algo que no le damos controlado, sueña mucho porque habla dormida y se despierta con cualquier ruido.

Se la nota cansada porque se sienta en el sofá nada más terminar de cenar, pero al poco tiempo se despierta y no vuelve a conciliar el sueño facilmente.

Optamos por acostarla en su cama y leer un cuento, le encantan los libros, se pasa el día entero pidiendo cuentos y jugando con sus libros. Es obediente se mete en la cama y se despide de todo el mundo, pero nada más terminar la historia, tiene los ojos como platos y te abraza porque no quiere estar acostada.

Cuando logramos que pille el sueño, normalmente se despierta a las tres horas para ir al baño y de nuevo le cuesta quedarse dormida.

Todos los consejos recomendados por los especialistas, desde la luz tenue, hasta la música clásica, pasando por la leche caliente hasta la cena ligera ...., no funcionan con el pequeño polvorón.

Sabemos que hemos entrado en la étapa de las pesadillas, es normal que en niños muy pequeños con una vida social extensa revivan durante la noche una experiencia negativa del día o sus propios miedos.

Desde el atropello se nota mucho que la niña se asusta con los coches, está nerviosa y tiene miedo. Ante la presencia de un vehículo aunque sea en la lejanía enseguida te da la mano y dice: "coche malo". Es curioso, como a pesar de no comentarle nada del coche con la esperanza de que pasado el dolor físico, la niña olvidaria todo lo sucedido, ella siente miedo y lo recuerda como algo traumático.

Y estoy totalmente convencida de que esto influye en lo ligero de su sueño y en lo poco que duerme.

Hoy hemos pasado una noche horrible porque además tiene algo de catarro, pero no quería dormir. Sobre las dos comenzo a hablar dormida, tardaría unos 15 minutos en despertarse y hasta las cuatro no volvió a conciliar el sueño. Hemos tomado la decisión de no tranquizarla metiendola en nuestra cama, así que hacemos guardia hasta que se vuelva a dormir. Pensamos que manteniendo una postura constante e inflexible, donde la pequeña sea consciente de que tiene que dormir, podremos torear esta fase.

Os iré comentando los resultados del proceso, si sobrevivo a la falta de sueño.

Mañana será un día emocionante vamos a visitar el primer colegio. Ya os contaré que nos pareció.

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