21.1.08

Los cambios personales


El año 2007 fue sin duda un año de grandes cambios. La llegada de nuestro pequeño supuso un momento dificil, emocionante y agridulce. Cuando decidimos acoger a Ander sabíamos que no iba a ser fácil pero quizás nos equivocamos al planificar las dificultades.

El proceso de adaptación del niño, su retraso físico, el inagotable proceso de tramitación de papeles, la losa pesada que es la Administración que en vez de ayudar pone más trabas,..., todo era esperable y predecible.

Lo duro realmente no fue esta fase, si no las circunstancias que rodean a la adopción de un niño tan especial como nuestro pequeño.

Conocía todo la teoría, contaba además con los conocimientos y experiencia del padre, con su fuerza y sinceridad, con su valor y su capacidad de superación, era el pilar fundamental del proceso. Y menos mal, que tenía claro quien es quien.

Como he contado en anteriores post, no he sentido rechazo hacía el niño por su down, pero si que han cambiado cosas y relaciones personales.

Pasados los primeros quince días con él, superada la étapa de cuatro horas para comer, comence a quererle cómo es dificil querer a alguien. Empece a sentir que era mi niño, me emociono con sus abrazos, cada logro es una fiesta.

Me hubiera gustado tanto que todo el mundo lo quisiera como nosotros, pero no fue así. Hubo momentos dificiles, me refiero a momentos en que personas cercanas, de las que quieres de verdad, mostraron una cara desconocida y a pesar de todo les seguimos queriendo y fuimos muy respetuosos con sus sentimientos.

Soy la madre de Ander y quiero para mi hijo lo mejor y lucharé con todas mis fuerzas para conseguirlo y él esta por encima de todo el mundo.

Antes de nacer mis niños, pasamos por una enfermedad dura, mi marido siempre me decía: "no me abandones, ya perdí un día a mi padre y fue muy duro, nunca se supera" y por la fuerza que nos dió su padre, el niño lleva su nombre. Y esa misma fuerza hará callar muchas bocas con cada étapa que supere nuestro peque.

Mientras de algunas personas nos alejamos, con referencia a otras mudamos nuestra relación. Hay gente que todos sus estereotipos no le dejan ver nada más que una afirmación a sus topicazos, incluso anulan los cambios positivos del niño, contra esto no se puede luchar. Para evitar quemar la relación espaciamos nuestras citas y quedamos menos. No es por nada, si no porque puede ser una mala influencia, no para el niño si no para el pequeño polvorón, a la que educamos bajo las pautas de superación no de limitación.

Pero no todo fue negativo, es más estos son dos casos muy puntuales, nuestros amigos quieren mucho al niño como es lógico, si no no serían nuestros amigos. Hemos recibido gratas sorpresas con gente con la que no teníamos mucho trato, pero hubo tres personas especialmente que enseguida aceptaron a el niño con naturalidad y dandole mucho amor. Estas tres personas fueron la abuela Pepa, el niño es una de las personas a las que más quiere y se nota mucho. Él que se deja coger por todo el mundo, cuando está con ella, cambia el colo del que sea por los mimos de su abuela. Sé que para ella no tuvo que ser fácil, pero me ha demostrado que apoya a su hijo en sus decisiones y quien quiere al nieto quiere al padre. Además es de las pocas personas que sabe valorar los conocimientos del padre como profesional de la psicología y no cuestionarlas porque conoce a un down y todos tienen que ser iguales.

La otra gran persona fue mi hermano, lo mejor que me dio mi madre. Me enfado con él muy amenudo, pero a pocas personas quiero como a él. Siempre he estado orgullosa de lo que es pero más de cómo es, a pesar de nuestras diferencias. Desde el primer día le cogió cariño al niño, le regala ropa, en cuando lo ve lo coge en el colo e incluso lo lleva a dormir con él. Esta reacción en el tio es rarisima, porque no le gustan los bebes, siempre dice que los niños empiezan su étapa bonita a partir de los tres años cuando te cuentan cosas. Pero el niño le ha llegado a su corazoncito, es más ha cambiado su relación con respecto al pequeño polvorón, con quien juega mucho más. Para mi era muy importante su apoyo y aunque tenía miedo a su reacción, no me defraudó como de costumbre. Anda como loco organizando un bautizo para el niño, él es el primero que quiere que le pongamos Francisco Andrés, no le gusta Ander. Para él, el bautizo, a parte de las cuestiones religiosas que es muy creyente, representa el presentar al niño como un miembro más de la familia en igualdad de condiciones que el pequeño polvorón, así que está todo ilusionado.

Y la tercera gran persona ha sido el pequeño polvorón que cuando empezaba a ser consciente de que era la reina de la casa y de nuestros corazones tiene que hacerle un hueco a su hermanito. Y como siempre hace todo mostró lo noble que es, no sólo cediendo parte de su espacio si no haciendole un sitio en su cupo de besos y abrazos. No tiene celos pero si mucho amor.


Aunque en la foto no se aprecia bien, son los dos niños encima de su padre, como de costumbre.

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