27.6.07

De un lado para otro


Aunque no se note, seguimos por aqui. Estos días estuvimos muy ajetreados todos. El viernes tuvimos la visita sorpresa de mi amiga Salomé, que le regaló a nuestra peque un montón de vestidos y conjuntos, aprovecharon la ocasión para darme la alegria de que tienen internet, ahora nos mandamos mensajes de vez en cuando. Además pude despedirme de sus hijos mayores Judith y Marcos que se van de vacaciones a la aldea con la abuela y no los veo en verano. A la pequeña Ruth no la vi, es una niña monisima de casi tres añitos, pero me han dicho que está muy traste. Este mes de agosto cumpliran años mogollón de hijos de amigos, Alba, Ruth, Alejandra e Iván y seguro que me olvido de alguien.
Como os puse en el post anterior fueron las fiestas de Navia, como era nuestro primer año decidimos participar activamente. Organizamos una cenita en casa con Carmen, Julia y Julio y los pequeños Eloy y Ana. Julia le trajó un montón de regalos a la peque, mucha ropa para el invierno. Los crios se lo pasaron pipa. Ana es una cria de casi tres añitos y tiene un caracter muy introvertido pero la noche de San Juan estaba desatada, jugaba a ser "la mama" con nuestro polvorón. Después de la cena nos fuimos todos a la hoguera de San Paio, Eloy y Ana se caian de sueño; pero nuestra peque estaba hiperactiva con ganas de fiesta, era la más pequeña y la de más marcha.
Y el domingo continuamos, vinieron de Madrid los tios y las primas, también vino la abuela Rosa y el abuelo Pepe. Y como nuestra hija nació con un pan debajo del brazo le trajeron más regalos un bonito muñeco que canta y hace un montón de cosas. Como en años anteriores nos mudamos todos para pasar el veranito juntos, estamos en Oia. El pequeño polvorón se pasa todo el día pegada a su prima la pequeña y a la abuela, con las dos tiene una relación muy especial, no echa de menos a nadie.
Ayer nos metió el susto del año, salió corriendo por el jardin y tropezó en un rosal, se arañó por todo el cuerpo pero especialmente en un ojo y en la cara. Menudo susto.
El estar con mi familia personalmente es como cargarse las pilas para seguir con la vida cotidiana. Además puedo pasar tiempo con la abuela que no anda muy bien, nos tiene a todos muy preocupados, me da la sensación que desde el domingo está algo mejorada, la tenemos más controlada, además no hay mejor medicina que la felicidad y la abuela es tan feliz con sus nietas que parece otra. Por otro lado está mi sobrina la mayor que es la niña más responsable que conozco que mantiene a todo el mundo a raya, le da la medicación al pequeño polvorón, ayuda a la abuela, vigila que coma, controla a su hermana.... Si no fuera por ella me sería imposible venir a trabajar tranquila todos los días.
Ojalá nuestra hija se parezca a su madrina-prima.
Hasta otro día.

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