9.5.07

Mil gracias al doctor Dominguez y a el Doctor Luis Gallego




Aunque este post no tiene nada que ver con mi pequeño polvorón, quiero aprovechar la ocasión para rendir un pequeño homenaje a estos dos magníficos médicos que en menos de un mes han fallecido. Ambos fueron personas magníficas y dignas de ser recordadas.


El doctor Dominguez era una persona muy comprensiva e humana, conocedor de nuestra situación familiar y de lo dificil que era para nosotros acudir a un centro médico, nos atendía en cualquier lugar hasta en la cocina cuando era necesario. Se preocupaba de ir a recoger los resultados de los analisis y de llevarlos al trabajo de mis padres. Ahora que lo pienso nunca supe cual era su especialidad porque a él le consultabamos todo. Fue un amigo que nos dió grandes consejos y mucho apoyo en los momentos más complicados. Aunque el final era esperado no por ello ha sido menos doloroso, me angustia pensar que no lo volveré a ver.


Ayer nos dejó el pediatra Luis Gallego. Cuando me enteré de la noticia me puse a buscar en internet haber que información publicaban. Que sorpresa tan desagradable me he llevado, una simple reseña. Para quienes no conozcan su figura a lo mejor les resulta inaudito que pensara que habría homenajes, articulos dedicados a su trayectoria personal y humana....


Luis Gallego era un pediatra que amaba su profesión hasta tal punto que varias generaciones de niños pasaron por su consulta y nunca cobró retribución alguna por atender a un crio. Su consulta era siempre un bullicio de gente, atendía tanto a personas que carecían de recursos como a gente adinerada (por que su fama de buen médico le predecía). Nunca parecía cansarse ni perdía la paciencia. Es más muchas veces aprovechaba la consulta para revisar a todo la familia especialmente como dice mi madre: " a los pobres de solemnidad". Consultaba en su clinica privada, curioso ¿no?, una clínica privada donde no te cobran o pagas la voluntad, hasta ese punto el doctor Luis Gallego amaba su profesión y a sus semejantes sin distinción de clases porque allí todos eran iguales, es el único lugar que he conocido en mi vida donde no existían desigualdades.


Al doctor Gallego le gustaba investigar, amenudo se alejaba de la medicina tradicional, su archivo era impresionante, es más, su gran disgusto fue cuando perdió parte en el incendio de su clínica y de cero tuvo el valor y el empeño de empezar de nuevo.


Era tan adsequible que cuando iba a tomar café, como hombre de costumbres fijas siempre al mismo sitio, que sus paisanos se le acercaban para consultarles sus dolencias y no era raro verlo atendiendo a pacientes de todas las edades.


Ayer mi madre lloraba tanto que por primera vez fui consciente de que comienza a pensar en la muerte, ve irse a sus amigos, a sus seres queridos y tiene miedo y pena. Quiero creer que están en otro lugar donde algún día volveremos a vernos porque si no es imposible llevar la pena.


A mis dos médicos mil gracias por todo, a mi pequeño polvorón le contaré que un día tuve el privilegio de conoceros y no caerán en el olvido vuestros méritos.


¡Hasta luego!


PD: Tia María mira que graciosa va el polvorón con el vestido que le regalaste, además el moraton de la cara hace juego ja ja ja.

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