Este puente fue el cumpleaños del papá. Y por decisión aleatoria decidimos que sería también la del santo de la peque. Así la niña tendría una fiesta de primavera, todas sus fechas son de invierno puro.
La niña y yo aunque parezca poco original le regalamos libros. Son su gran pasión y se notó que el libro de Ferrin le encantó, últimamente es un gran fan suyo, lo considera una de las grandes mentes de Galicia y sus analisis los más correctos. A papi le felicitó todo el mundo, los más madrugadores fran y María y después su mami y la Tatita, obviamente no fallaron su familia política y el sms de sus hermanos Xosé y Marta y por supuesto los amigos, eso que a él no le gustan las celebraciones, pero este año era especial, según todos los baremos de la administración Papi ha dejado la juventud y se incorporá al grupo de los maduritos, es que los 36 son una edad clave.
El mismo día del cumple vino su abuela Pepa y la Tatita hasta casa y le trajeron a la cria un montón de cosas: una mochila con forma de vaca y un montón de chuches (el papi se encargó de ellos), un juego de piezas de los lunnis, un libro de mariquitas con relieves y el que más nos gustó de todos una silla y una mesa.
Todos estamos encantados con la mesa y la silla porque hemos podido ordenar la casa, por fin. Gracias a unos enormes cajones que tiene a los lados, guardamos los jueguetes y la sensación al entrar por la puerta de casa es muy agradable con la visión de una mesa tan colorida.
Para la niña además está resultando muy positivo ya que hemos retirado el parque definitivamente y su nueva zona de juegos es de una niña mayor.
La abuela y la Tia se quedarón a cenar y le trajeron al papi una tarta de chocolate (otro de sus vicios), así que aunque no teníamos una intención real de celebrar nada, acabamos cantando el cumpleaños feliz y soplando la vela del cumple de la peque. La cria se lo pasó bien, no quería acostarse para nada. Y como es ella de afectiva se ha enganchado a su abuela, ahora se le pone al telefono y le manda besitos.
El resto del puente fue tranquilo, el día de las letras gallegas nos acercamos hasta Aldán a la playa. A la cria no le gusta nada, no le gusta la arena ni el agua tan fria. Lo de la arena es increible, nada más tocarla con las manos te pide que la limpies, no soporta la sensación de suciedad. Hemos decidido esforzarnos todos y llevarla más amenudo hasta que se sienta a gusto.
Otra cosa que nos sorprendió porque nunca había pensado en ello, es lo mal ideados que están los escasos parques infantiles de Vigo. Nos fuimos a la Bouza (un lugar maravilloso, de los más bonitos de Vigo y que no aparece en ninguna guía turistica) a un pequeño parque infantil que hay para los más chicos. Era la una del mediodía, hacía un calor de pleno verano y quisimos montar a la niña en los columpios y balancines, normalmente se pone nerviosa de alegría sólo con verlos. Pero el jueves era todo llorar y pedir que la sacaran. Al principio no caimos, pero el problema era que como no había ni un sólo árbol dando sombra, los columpios estaban hirviendo.
Otro día por contra fuimos al parque infantil de Navia situado en la plaza en una esquina con árboles frondosos, allí si que se estaba bien al fresco.
Bueno por lo demás aprovechamos este fin de semana para ordenar toda la ropa del pequeño polvorón, un trabajo un poco coñazo porque uno saca la ropa de verano pero tampoco esta el tiempo para guardar la de abrigo, así que toca ser muy meticuloso clasificando para que quepa lo máximo posible.
Os cuelgo unas fotos del fin de semana y aprovecho la ocasión para mandarle un beso a Carmen que está trabajando fuera y todos la hemos echado mucho de menos. Y el domingo fue el cumple del tio Luis y a él le mandamos un besazo fuerte y"UN CUMPLEAÑOS FELIZ....QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS"
