Que cosas tiene la vida, al final de los ochos meses comenzó a ponerse de pie y intentar sus primeros pasitos, parecía que pronto andaría solita. Pero en septiembre comenzó la guardería y allí le potencializaron el gateo, porque ayuda a fortalecer los huesos de la espalda y como sistema de defensa para las caidas, ya que los niños que gatean ponen las manos por delante.
A finales de octubre gateaba, pero desde noviembre volvió su interes por andar, primero agarrada de las dos manos, después con una sola. Ahora lo hacía muy bien, agarrada de una mano daba largos paseos. Es más, a veces ni la agarrabamos, ella nos cogía un dedo y se ponía a andar.
La verdad es que para caminar sólo le faltaba un poco de seguridad en si misma. Tenía miedo a caerse.
Ayer por la tarde andaba detrás de mi todo el rato y yo tenía que trabajar, así que no le hacía caso. De repente me doy la vuelta y no estaba, cuando me levanté la vi, andando solita por el pasillo con los brazos para adelante como en la peliculas de zombies. Así estuvo un rato hasta que se canso. Cuando llegaron Carmen y el padre, lo repitió y cada vez que anda un poquito sola le aplaudimos y entonces se anima a seguir, le encanta que le aplaudan.
Una cosa que me llamó la atención fue algo que me dijo mi suegra una vez, que los niños que les gustan los libros son niños que lo ven en casa y es cierto. Pues con lo pequeña que es, le regalaron un libro de gatos, al principio era solo un jueguete, le daba caricias y tocaba las distintas texturas. Pero por la noche, que suele ser la hora de la lectura, me trajó su libro y me señalaba las letras, yo le leía la página y ella pasaba a la siguiente. Tengo que decir, que me hizo mucha ilusión pero el proceso fue un poco cansino, por repetitivo leimos el cuentito más de 10 veces.
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